jueves, 23 de diciembre de 2010

Emotiva Navidad en Hospital Roberto del Río



Quien haya llegado ayer al Hospital Roberto del Río, claramente se habría dado cuenta de que no era un día común. Por los pasillos se podían ver hadas, muñecas, corsarios, payasos y un gran Viejito Pascuero, quienes se juntaron cerca del hall de entrada y comenzaron una gran marcha navideña repartiendo a los padres y funcionarios del recinto, sonrisas y también golosinas.

La actividad contó con la participación de todos los voluntariados que hacen su aporte en dicho centro asistencial, entre ellos, las Damas de Verde, Rosado y Amarillo, Giracuentos, Dr. Feliz, Tíos Pinta Pinta y la Unidad de Acompañamiento Espiritual.

“Este es un momento muy esperado, ya que más que lo que uno entrega, es lo que uno recibe de parte de los niños, incluso cuando uno no viene al hospital los extraña, así que el tiempo que uno entrega acá es súper satisfactorio”, contó Ximena Maldonado, voluntaria de la Fundación Gira Cuentos.

La misma opinión fue compartida por Alejandro Sáez, de la Corporación Doctor Feliz. “Este es un día más porque nosotros estamos todo el año acá, pero también es un día muy especial porque les traemos regalos a los niños en una atmósfera de felicidad compartida por los funcionarios, el equipo médico, las familias y el voluntariado”.

Con tantos personajes de cuento, los niños estaban felices, Tanto es así que algunos de ellos se sumaron a la caravana con gorros de Navidad y repartieron dulces a sus amigos.

Más tarde llegó el momento de la reflexión, a través de una liturgia encabezada por el Obispo Auxiliar de Santiago, Monseñor Cristián Contreras, quien junto al director del Hospital Roberto del Río, Dr. Ignacio Hernández; el Subdirector de RRHH del SSMN, Claudio Román y el asesor de la Dirección del SSMN, Dr. José Luis Contreras, agradeció al voluntariado y a los trabajadores de la salud, por el esfuerzo que despliegan día en pos de los niños y niñas que se atienden en este recinto.

Durante la homilía se recordaron momentos duros de este año, como el terremoto o el incendio de la cárcel de San Miguel, pero también hubo instancia para destacar que el trabajo que se realiza en el hospital es tarea de todos. Así y como símbolo del aporte que realiza cada uno, un médico puso su estetoscopio, un funcionario un martillo y una enfermera colocó la misión del hospital, instrumentos que fueron bendecidos para que cada uno entregue lo mejor de sí, para el cuidado de los niños.

Luego se les pidió a los presentes que escribieran una oración o un deseo, mensajes que junto a otros que ya habían redactado los niños del hospital, fueron insertos al interior de globos que se colocaron en el pesebre que se levantó en el recinto.
El momento más emotivo de la jornada se produjo cuando los invitados soltaron los globos con las oraciones y se elevaron al cielo como mensajeros de esperanza. “Nuestra labor generalmente es muy dura, pero esta actividad es motivo de alegría y es muy reconfortante dedicarle un día al espíritu, es re edificante para los niños, por eso les doy las gracias por poder participar en esto”, dijo emocionado Hernández.

Como telón de fondo los globos en el cielo, junto a las miradas y sonrisas de los presentes, también por un instante volaron los mejores recuerdos de nuestras infancias, acompañando quizás a esos niños y niñas que han hecho del hospital su puerta de entrada a la esperanza.

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