
Al subir las escaleras del edificio de Maruri traje a mi memoria la importancia que tuvo para mi en el desarrollo de mi aprendizaje el tiempo vivido en el norte donde se me dieron oportunidades laborales y donde compartí con varios amigos buenas experiencias de vida. El 2001 mi esposo tuvo un infarto y fue esa red de apoyo la que me ayudo a superar la fuerte experiencia que se tiene cuando quebramos nuestro ciclo sanitario de salud y entendemos cuan cerca se encuentra la finitud de la vida. Esos días y esas personas forman parte de mi agradecimiento eterno y han moldeado lo que hoy soy. Creo que podemos hacer comunidad laboral, que hay vínculos que nos facilitarán el camino.
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